«Magas»

Celebramos sus letras,
voz a voz,
lectura a lectura.

Recitamos con el corazón
lo que escribieron con el suyo.

Renovamos sus conjuros,
sus hechizos,
sus abracadabras.

Entre lágrimas y risas,
entre melodías y pájaros negros,
compartimos junto a ellas
todos sus tormentos.

Copas de vino,
hojas subrayadas,
ecos de vida,
de miedos,
de esperanzas.

¿Cómo es que estas poetas,
a quienes llaman "malditas",
nos van salvando
tiernamente la vida?


                       © Cristina Márquez

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Templo de lavandas

|Por Tania Escobar|

Un árbol seco
rueda hasta mis recuerdos
donde todas las mañanas
                                 Ella ha muerto.

La tierra llueve de mis ojos
al ver su retrato colgado del pilar
En mis poros se atasca el polvo
            la tristeza me sacude las letras

El purpura escrito me rodea
me crecen pétalos violetas
que a mis venas delinean,
la sangre se marchita pronto
Al barro me regresan las raíces del duelo
        el musgo me arrasa hasta los cabellos

De mi lengua
cae una avalancha de rocas
Esta mañana
                             Ella ha muerto.


Desde un cable cuatro aves
con pétalos en lugar de plumas
me cuidan hasta la última década
De mis restos crece un templo
            Huele a incienso de ancestras.

De mi vientre emerge
una cascada boscosa
Todo lo inunda un río sonoro
			              o
			              r
			              o
			              r
			              o
De mi pecho
un tallo largo crece
                                 ¡Ah! Respiro

Recuerdo que Ella ha muerto
y sigo triste
mas esta vez
                                 las tengo a Ellas
a las flores de lavanda
naciendo de mi pecho.


Instagram: @tania.de.las.flores

Ciudad de brillantina

|Por Melanie Alvarado Gomez|

Belisa Menila, brillos morados la rodean. Creerás que estas en un sueño. El sol resplandeciente esta. La luna morada es. La nieve de esas montañas se torna de un rosa claro. De la lluvia no caen gotas de agua. Brillos morados se ven a lo lejos. En Belisa Menila ni la oscuridad de la noche puede resguardar a los monstros. Te prometo que aquí andarás sin miedo y en libertad.